La Mujer Que Amo
La mujer que amo es un pedazo de cielo en mis manos,
es un rayito caliente de sol que abriga mi alma dormida.
La mujer que amo es un minuto de paz en medio de la
más sangrienta guerra, es la lluvia mojando el suelo
reseco de un campo cultivado.
La mujer que amo es capaz de secar hasta la última de
mis lágrimas con su sonrisa, y a la vez es capaz de
provocarme el mayor de los llantos sólo con decirme
que me ama en el momento que más lo necesito.
La mujer que amo es el ser que comprende más allá de
la mirada, más allá de lo físico y lo elemental. Ella sabe
dibujar esperanzas, mañanas fascinantes, viajes estelares
y encuentros sublimes con sólo cerrar sus ojos y dejarse
llevar. y llevarme con ella.
Ella provoca que mi alma se eleve por los cielos y encuentre
la suya en una nube esperando por mí, con su hermosa
juventud y sus manos abiertas para recibir las mías.
Ella conoce mis temores, mis deseos, mis miedos. Ella sabe
cuando siento pena, dolor, angustia y cuando estoy feliz.
La mujer que amo me sacó del letargo, me mostró que en la
Tierra hay ángeles sin alas que caminan a nuestro lado, que
velan por nosotros de una manera especial... que aunque no
podamos distinguirlos o verlos, ellos están siempre cuidando
de nosotros. Ella es ese ser tan especial que puso Dios en mi
camino.
La mujer que amo. Es invisible a mis ojos todavía.
Pero es tan concreta en mi corazón que sin verla la veo,
que sin tocarla la toco, que sin besarla la beso, que sin
poder hacerle el amor la siento dentro de mí.
Yo sé que esta mujer a la que amo tanto es tan especial
que un día tal vez la pierda, que sin haberme pertenecido
nunca, se aleje de mi lado. Pero estoy tan feliz de amarla
que solo me importa darle gracias a Dios por haberme
permitido encontrarla, conocerla, disfrutarla y sobre
todo respetarla.
Amor, si tan solo pudiera abrirme el pecho y darte todo mi
corazón... si tan solo pudieras ver que en él late furioso mi
amor por ti... si tan sólo pudiera regalarte ese soñado
amanecer, y despertar contigo envueltos en ese manto de
ternura que brota de nuestras almas... sería la persona más
feliz del universo...
Amor mío. Seguiré soñando con ese día. Seguiré pidiéndole
a Dios por un momento a tu lado, por una caricia de tus manos,
por un beso de tus labios.
Y si Dios no puede concederme ese deseo, seguiré deseándote
en el silencio de mi alma, seguiré dibujando tu rostro en mi
almohada. Y encontraré la forma en que algún día de esta
corta vida se unan tus ganas y las mías en un abrazo tan dulce,
tan apretado que lo triste y lo temido habrán desaparecido para
dar paso a la mayor felicidad de mi vida.
¡HABERTE ENCONTRADO EN CUERPO Y ALMA!.
Y así poder decirte que te amo, amor mío.
Dios te bendiga hoy y siempre.