Madre mía,
tu silencio me confunde,
me aturde Te pido una palabra
que tienda a mi alma el saber.
La palabra de oro que
despierte y encienda mis
pensamientos que aleje
el misterio.
Necesito sentirlas
aquellas que divulgan la
verdad, los sentimientos.
Esas que reclaman, que
agradecen Palabras que
marcan y desarman el
alma.
O tan solo las que
pintan una sonrisa a
la vida que confunde o
ahuyentan las heridas.
Deseo oirte, madre, en la
melodía de tus palabras
que cargan, pesan, arrastran
una historia, un recuerda
Si son las que abarcan
y me cubren con su manto
protector.
Todas esas, madre, bordadas
y cantadas con sinceridad, amor
y dedicación.
Tienen poder, valor, consideración
porque nacen del alma y permanecen
siendo inolvidables.