Destino
Mi corazón desprotegido era
solitario, sin consuelo, en mi
cielo atormentado no había
luz ni destino, nada en mi
camino. Y como estela
apareciste un día repentino.
Fuiste el amanecer que en mis
noches esperaba tan fuerte fue
tu brillo que iluminaste el sendero
de mi alma desgarrada y quedaron
atrás mis noches nubladas sin fe.
Viento de esperanza llegó de tu
mano llevando de un soplo el temor
Y el dolor de mi destino adueñado,
dejando observar el horizonte de
tu amor.
Porque con solo verte y perderme
en el laberinto de tus ojos sacio mi
sed, y con tu tierna manera de amarme
impregnada queda mi cuerpo de tu ser.
Haces que mi mente pierda dirección
de camino porque si bien paralelas
nuestras líneas del destino, cada una
lleva inevitablemente distinto sentido.