La Luz del Día

Como el mar reproduce el firmamento
en la noche tranquila y despejada,
puede la luz de Dios ser reflejada
en el fondo del alma, ¡Qué portento!

Si esa luz es buscada con intento,
alumbra de la vida la jornada,
porque disipa Dios con su mirada
nuestros errores como a nube el viento.

Paz y virtud el alma necesita,
si quiere reflejar en su hondo seno
con precioso fulgor la luz bendita;

Porque el pecado, de malicia lleno,
lo claro enturbia, lo tranquilo agita,
y es en el alma destructor veneno.