Poema Rocíos

Rocíos 

Mientras yo sueño, el pálido rocío cubre 
calladamente de perlas las llanuras. 
La fría mano de la noche lo va dejando 
caer sobre el terciopelo de las flores. 

No llueve; el cielo está claro. 
¿De dónde vienen esas gotas temblorosas? 
Es que, antes de formarse, ya estaban 
todas ellas en el aire. 

¿De dónde vienen mis lágrimas, 
si todos los arreboles del cielo están 
esta noche llenos de dulzura? 
Es que ya las tenía en el alma 
antes de sentirlas en los ojos. 

Tenemos en el alma una ternura en 
que se estremecen todos los dolores, 
y a veces es una caricia la que nos 
turba y hace brotar las lágrimas.