Pienso En Ti
Recorro el valle de tus anécdotas aquel remanso de tus
dulzuras, recuerdo el cariño de tus palabras, aquel
acento de tu voz, en la brisa me miro dentro de un
lago azul y me doy cuenta ¡que te extraño! Solo así
pasa el tiempo eterno en aquel mustio alejamiento.
Pienso en lo que dejas en mí en aquello que no te dejo
ver, en eso que no te digo cuando te miro, en aquello
que oculto tras las bromas, me miras...
Y todo queda en ilusiones, como si me escribieras un
cuento de ti o como si te atrapará en una lámpara y
bailamos en una bóveda de cristal…
En aquellos instantes de soledad pienso en ti... Aunque
no te vea, aunque no estés, las fotografías tuyas en mi
cerebro revoloteando como mariposas; cada minuto es
una situación candente que me aísla de la realidad y me
conecta con tu pensamiento.
Pienso en ti, aunque no me creas, aunque digas que
no es cierto, aunque pienses que te miento.
Solo aprendí a verte de lejos y contemplarte
cerca de mí. Sin poder abrazarte.
¡No te miento!
Solo que te quiero, por eso estoy ausente de ti y me
pierdo en lo que callas, descubro algo entorpecido
por las horas que no nos hablamos. ¿Sabes?, en la
rutina de cada día he pensado en ti.
He visto mis ilusiones tocarte, hasta he sentido que me
llamas cuando en un salón me encuentro, la música hace
énfasis en mis oídos y me hundo en la mística poesía solo
para verte volar en las nubes llevándote mi corazón con
tus alas.
No sé lo que llevas dentro.
Un misterio vehemente; solo me perdí en tus cosas
tiernas en esa sensación de amor frágil o tal vez en
un temor que no defino bien, quizás solo me equivoco
cuando te escribo, tal vez entiendes esto extraño
en mí, pero no dices nada.
Tu silencio simple como este loco amor por ti.
Pienso en ti y lo sabes, cada mañana, cada tarde, te
sueño, a veces en mis frustraciones en el léxico de lo
profundo, el letargo, lo que envuelve al alma y la lleva
al mundo de las cosas volátiles.
Te pienso al cenit del sol. Al crepúsculo, en el horizonte...
Entiendo lo que es y lo que imagino, como cataratas son
tus frases en mí, como turbulencia en el agua de un río,
parece la circulación de nuestra sangre, ahí llevas mi
corazón en tus manos como para estrujarlo junto a tu
pecho, sintiendo uno solo al mismo tiempo, yo en ti, tú
en mí, los dos en uno, solo que separados por nuestros
cuerpos.
Dejame entrar en tu mundo medieval y conquistar tu
corazón y el mío, déjame que me pierda en el amor tuyo,
arrúllame en tus brazos y dormiré en tu regazo como niño,
déjame besar tus labios voluptuosos y penetrar en los
rincones de tu universo, déjame sondear tus fragmentos
desde adentro y elevarme en tu arco iris hasta el cielo.