ACOGER supone cambiar.
El que viene hace que
rompamos con nuestras costumbres
y nos obliga a desplazar nuestros enseres
para hacer espacio.
También nos obliga a decorar la casa
como signo de espera.
ACOGER es preparar el corazón,
pues es preciso escuchar y mirar
en primer lugar
al que retorna.
ACOGER es una disponibilidad,
es necesario ocuparse
del que llega y servirle.
ACOGER es una fiesta,
la vida se ilumina
de amistad y confianza
hacia el que viene,
cuya presencia nos ofrece calor.
ACOGER es una gracia,
el que regresa da alegría.
La esperanza es tiempo de acogida,
es ponerse en disponibilidad
de amar y de escuchar.